
Parece imposible escapar de la Navidad y de la locura consumista que desata; hay gente comprando regalos para sus pequeños o hablando interminablemente sobre los regalos de los niños y las obras de teatro de la natividad. Los anuncios sobre la Navidad familiar «perfecta» y más preguntas de lo habitual sobre «¿tienes hijos» / «qué quieren tus hijos para Navidad?”.
Es suficiente para enviar a cualquiera bajo su edredón hasta enero. Puedes sentir celos, ira, dolor, depresión, tristeza y aislamiento durante este periodo. Es importante ser amable contigo misma y darte cuenta de que esto es completamente normal para las personas que experimentan infertilidad, no te estás volviendo loca y ciertamente no estás sola.
La infertilidad es una forma de duelo. El dolor en cualquier forma puede amargar las celebraciones y hacer que te preguntes ‘¿cuál es el punto?’ Cualquiera que sea la razón de tu infertilidad, duele, mucho. Sin embargo, no tiene que ser así. Podemos recuperar algo de control esta Navidad.
La Navidad va más allá de la infertilidad
La Navidad es un momento clave para pasar tiempo con tus seres queridos, sea cual sea las circunstancias de tu unidad familiar. Es fácil concentrarse en lo que no tenemos, pero no pierdas de vista a las personas en tu vida que te aman y se preocupan por ti. Centrarte en los buenos momentos y los recuerdos que has tenido con estas personas puede ayudarte a calmar los sentimientos negativos e incluso hacerte sonreír. Si la gente te ha apoyado este año, este es el momento de demostrarles lo mucho que eso significa para ti y que no lo das por sentado.

Un consejo de una paciente
«Escuchar a colegas y amigos hablar sobre la compra de regalos para sus pequeños y organizar un viaje para ver a los Reyes Magos puede hacerte sentir vacía, enojada y envidiosa. Sentirse aislada de los eventos que se desarrollan es común y la gente a veces pregunta «¿qué sentido de todo esto?” ¿o decorar la casa? ¿y la mañana de Navidad cuando no podemos experimentar la emoción de que los niños descubran sus regalos?
Es comprensible. Lo que me ayuda a gestionar estas emociones es escuchar a mi niño interior. No es necesario ser un niño para emocionarse al abrir regalos o jugar y pasar tiempo con tus seres queridos. Me arreglo para Navidad, escucho villancicos, preparo mi desayuno favorito y lleno mi casa de juegos para compartirlos con la familia o simplemente con mi pareja. Espero con emoción la reacción de mi pareja, cuando abre los regalos que con tanto cariño he estado buscando las últimas semanas. Decorar la casa, poner el árbol de Navidad o el belén, me hacen sentir bien y además ayuda a disfrutar estas fechas tan especiales. Este ambiente ayuda a que haya un entorno amable y positivo con el que lidiar esta época del año. Desde luego no resuelve el problema y la tristeza de base, pero me ayuda a llevarlo mejor.
Otra cosa que me ayuda a controlar mis emociones es intentar recordar lo afortunada que soy. Hay personas que tienen enfermedades graves, no tienen trabajo o familia cercana, o incluso no tienen cosas más básicas como una vivienda y están sumidos en la soledad y la pobreza extrema; desde luego ellos tienen más motivos para afrontar esta época navideña mucho más tristes que yo. Ofrecerse como voluntario para ayudar a otros durante este período puede ser de gran ayuda tanto para ti como para ellos: te mantienes ocupada, brinda una sensación de bienestar y también te ayuda a ver las cosas con otra perspectiva.»

Consejos para disfrutar la Navidad
Para aumentar las posibilidades de tener una Navidad tranquila y placentera, merece la pena hacer una planificación anticipada, para que te ayude a reducir la presión, el estrés y la tristeza que puedas sentir. A continuación te ofrecemos algunos consejos:
- Recuerda que no estás sola: 1 de cada 6 parejas tienen problemas de fertilidad, por lo que muchas personas están pasando por esta situación. Unirse a alguna asociación de pacientes o buscar apoyo psicológico es una buena manera de obtener ese apoyo que necesitamos durante este difícil momento. Hay mucha gente que te entiende y que te puede ayudar a gestionarlo.
- Comunícate con otras personas: solicita apoyo y cuéntale a tus personas de confianza las inquietudes que te generan la Navidad. Juntas podréis hacer planes para que tengáis una Navidad lo más tranquila y placentera posible. No tienes que hacer nada que no quieras hacer.
- Tómate un tiempo para encontrarte con alguien que te haga reír y te apoye: un chocolate caliente, un pastel y una charla con alguien con quien puedas ser tú misma a menudo pueden ser de gran ayuda para hacerte sentir mejor.
- Colabora con acciones de voluntariado: si tienes tiempo, es bueno para el alma que te ofrezcas como voluntaria, ayudando a los menos afortunados. Ayudar nos hace sentir bien y nos ayuda a desconectar de nuestra batalla contra la infertilidad, al menos durante un tiempo.
- Sal al aire libre: pasear en la playa, en algún parque cercano o en la montaña, buen abrigados, puede hacer maravillas a nuestro estado de ánimo. También es un momento excelente para conectarse con uno mismo.
- Planifica tu cuidado personal: hacer algo con lo que disfrutar todos los días puede ayudarte a pasar el día (el disfrute está muchas veces en las cosas pequeñas). Un chocolate caliente, un buen libro, darte un capricho con una comida diferente, ver una película, darte un baño relajante, acurrucarte con tu mascota o sentarte delante de la televisión a disfrutar de tu serie favorita. Lo que te sirva para sentirte a gusto.
- Considera la posibilidad de irte de viaje en Navidad; pero no para huir de tus problemas, sino para desconectar y evitar tener que afrontar la Navidad y todas sus tradiciones, de las que igual no te apetece formar parte ese año. Esta es una excelente manera de pasar un tiempo relajante y de calidad con tus seres queridos o con tu pareja.
- Comienza un diario donde dar las gracias: a algunas personas este tipo de cosas les repele, pero a otras les puede ayudar. Es una manera de ayudar a entrenar el cerebro hacia aspectos positivos Sabemos que la positividad también es buena para la fertilidad, por lo que vale la pena intentarlo.
- Permítete las emociones si necesitas estar triste o llorar. No te juzgues a ti misma ni intentes evitarlo, simplemente déjalo salir. Está bien y es lo normal. Déjalo salir pero luego déjalo pasar.
- Practica la atención plena: la atención plena puede ser difícil de dominar, pero con la práctica puede ser una gran herramienta para hacer frente a las emociones difíciles (el famoso “mindfulness”). ¿Alguna vez has tenido esa sensación en la que has estado absorta en una actividad y sin darte cuenta de cuánto tiempo ha pasado? Puedes optar por ejercicios de respiración, hacer un crucigrama, jugar a las cartas, cocinar, hacer ejercicio o leer entre otras muchas opciones.
En resumen
Trátate bien, y cuídate en esta época navideña, aun reconociendo que puede haber momentos difíciles; cuida tus emociones y haz lo que sea mejor para ti. Aprende a conocer tus límites y trata de no exigirte demasiado. Recuerda, está bien decir no a las cosas que puedan resultarte molestas, así que planifica la Navidad para que se adapte a tus circunstancias actuales y te hagan sentir lo mejor posible dadas las circunstancias.